stands de autoservicio, una tendencia que crece paulatinamente. Imagina llegar a una boda y tener un surtidor de diferentes tipos de licores sin esperar al camarero.

¿No os ha pasado que, nada más llegar al convite todo el mundo alza la mirada buscando a ese camarero que trae «lo que sea» para empezar a sentir que comienza el evento? Romped el hielo nada más comenzar. Visto desde fuera, un simple surtidor, desde nuestra experiencia, un elemento que genera conversaciones, que dinamiza el cóctel, que sirve de pretexto para que los invitados interactúen y que consigue que algo que puede resultar frío se torne más cercano.

El cóctel es algo que hay que cuidar tanto o más que el servicio de comidas. Quien empieza con buen pie, tiene la mitad hecha.

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